Lo que nos deja al descubierto el Zika
Susana Chávez
El término Zika es cada vez más conocido y aunque no logre remontar a la puya electoral, los noticiarios están difundiendo el tema, cosa que habla bien del Ministerio de Salud (MINSA), pues aunque el virus del Zika, como de la Chikungunya, fueron identificados hace décadas en el África, para nosotros, son de reciente aparición y están aquí para quedarse.
El Zika no causa mortalidad, sus síntomas son leves y sólo lo percibe el 25%, a diferencia del Dengue, que tiene una tasa alta de mortalidad. Ambas enfermedades tienen el mismo vector; el mosquito Aedes. Sin embargo, todo indica que lo grave del Zika, está cuando afecta a una mujer embarazada y no porque estas tengan mayor riesgo de infección, sino, por sus resultados en el feto, sobre todo cuando la infección se produce durante el primer trimestre del embarazo.
Brasil ha notificado la dramática asociación entre microcefalia y el Zika. Según el diario El País (31 enero 2016), en solo 51 días se ha reportado un incremento de 377% de casos de microcefalia y a la fecha se han detectado 3350 casos de una malformación que suele ser rara.
Hasta ahora las recomendaciones son generales, por lo poco que se conoce acerca de este virus; se menciona la necesidad de la prevención del embarazo y evitar la exposición si hay probabilidades de estar embarazadas. Sin embargo, estas medidas que son obvias, enfrentan serias dificultades en el Perú, y más que por falta de recursos, por la agenda confesional que nos ha puesto en serios aprietos, sobre todo para las adolescentes que viven en zonas de alto riesgo epidemiológico y cuya proporción de embarazo triplica al de las zonas de menor riesgo.
Esto en parte, tiene su explicación en la modificatoria del Código Penal que se hizo en el 2006, declarando como delito de violación las relaciones sexuales de personas entre 14 y 18 años (¿se acuerdan de la Tía Julia?).
Como consecuencia de ello, el MINSA dejó de proveer atención de salud sexual y reproductiva, incluyendo anticonceptivos para adolescentes. Después de años de lucha, el Tribunal Constitucional, levantó la medida por atentar contra los derechos sexuales y reproductivos de este grupo, lo cual no ha servido de mucho, pues el MINSA no ha avanzado en alinear a su personal para que provean dichos servicios.
Hoy el Zika, para variar, nos agarra desprevenidos, especialmente para el sector de las adolescentes, pues al drama de ver frustrado su futuro, se suma a la tragedia de tener un hijo con graves y permanentes malformaciones, la pregunta que queda por hacerse es ¿Cuánto más debemos de esperar para dejar atrás los tapujos y hablar en serio de las necesidades sexuales y reproductivas de los y las adolescentes? Si para algunos, la vida de estas adolescentes no es importante, que sea al menos que no tenga que haber una generación de niños/as con tan grave y fatal discapacidad, pues eso, ni Dios lo quiere.