Mañana se elegirá a la nueva junta que presidirá la Federación Peruana de Fútbol (FPF). Son tres listas las que se enfrentarán en esta contienda: la Lista 1 encabezada por el actual presidente de la FDF, Manuel Burga; la Lista 2 de Freddy Ames; y la Lista 3 de Agustín Lozano de Lambayeque. La novedad es que, por primera vez, la posibilidad de vencer a Manuel Burga tiene visos de realidad debido a que la candidatura de Agustín Lozano ha logrado romper el sólido apoyo de las ligas de provincia al actual presidente. ¿Será este el fin de su mandato? 

Manuel Burga creó un sistema casi perfecto para poder reelegirse. Se suele necesitar una mayoría simple de 41 votos para ganar: 16 votos de clubes de primera división y 25 votos de ligas departamentales. Pero como la mayoría de votos vienen de las ligas de provincia, Burga se las ingenió para conseguir su apoyo en base a diversas prebendas. Se trata de clubes que han sobrevivido en la peor de las situaciones económicas y deportivas, y cuyo manejo ha estado en manos de caudillos locales. Hoy, con 4 clubes de primera división en proceso concursal ante Indecopi (Universitario, Alianza Lima, Melgar y Cienciano), que no podrán votar por sus problemas, solo se necesitarían 19 ó 20 votos para ganar.

Lo clave en esta historia, sin embargo, es que de la propia base electoral de Manuel Burga ha surgido un liderazgo que lo puede derrotar. Se trata del ingeniero Agustín Lozano de Lambayeque, quien ha conseguido el apoyo de 10 delegados de provincia otorgándoles espacio en la nueva gestión que piensa impulsar. De esta forma, e integrando a profesionales valiosos como el ex ministro de Salud Alberto Tejada y Alberto Masías, ha logrado romper y debilitar el monopolio de poder de Burga.

Además, el desprestigio de la gestión de Manuel Burga ha ido avanzando. Los clubes y selecciones no han logrado resultados importantes a nivel internacional por la inexistente estructura de trabajo para el desarrollo del balompié nacional. Mientras el campeonato nacional está de capa caída, el fútbol local agoniza en la informalidad. Con el 72% de los clubes y 51% de las ligas deportivas sin interés por una mayor institucionalización, el fútbol en las provincias sobrevive al filo de la legalidad. Pero a Burga sí le ha ido bien. Con 12 años en este cargo, ha cobrado un jugoso sueldo de 10 mil dólares como pago mensual que recibe de la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol).

Hoy, la situación de Manuel Burga resulta preocupante debido a las denuncias de grueso calibre que pesan en su contra. La más reciente lo vincula con el delito de lavado de activos, según un informe de la Revista Poder. En la información recogida por este medio se muestra como Burga y los directivos de la escuela de entrenadores del Instituto Alfonso Huapaya Cabrera, Enrique Pacheco Farromeque y Enrique Pacheco Velarde, habrían derivado ilícitamente fondos de la FPF por unos S/.11 millones. Muy grave.

Sin duda, la FPF se juega su más importante partido. La crisis institucional y deportiva que vive el fútbol requiere de un equipo dispuesto a sacarla del hoyo en la que se encuentra. Ojalá que triunfe la mejor alternativa para el fútbol nacional.

OTRAMIRADA